El Hellcat F6F: "Eranse una vez
doce gatos del infierno"
Una vez más nos encontrábamos frente a
frente con el veterano Capitán. Muchos años y muchas experiencias
sobre sus hombros, lo habían transformado en un permanente y valioso
colaborador en la tareas de evocar la historia de nuestras alas
navales. Debido a ello, en numerosas oportunidades lo visitábamos,
para que gracias a su fresca memoria, nos relatara paso a paso sus
recuerdos de la Aviación Naval de aquellos años.
Es así, que acompañados por nuestra
libreta de apuntes y del grabador, comenzamos el bombardeo de
preguntas que con gran paciencia el veterano aviador naval nos iba
contestando.
Un día con la Isla Libertad, otro con los CANT 18 y 21, más adelante los Sikorsky OS2U-3, el Grumman J4F y los Fairchild PT-23, y ya en los cincuenta los Torpederos Avenger TBM
Cada uno de ellos una visita, en la que
el Capitán nos daba los detalles que precisábamos para nuestros
artículos. En cada oportunidad, nosotros veíamos en el marino
aviador, la tranquilidad y la mesura que traen los años vividos, y
la sabia reflexión que sobre ellos hacen nuestros mayores.
Pero en esta ocasión se produciría un
cambio, ya que al comenzar nuestro trabajo dedicado a los cazas
"F6F", nuestro Capitán modificaría su habitual conducta. Como primer
detalle percibimos un particular brillo en sus ojos, el cual nos
señalaba una profunda satisfacción. A continuación el Capitán
enderezó su cuerpo y se sentó en la punta de su sillón, acto seguido
crispó los puños y en ello notamos que el piloto estaba reviviendo
aquellas numerosas misiones en las que tuvo al mando de un avión
caza de nuestra Armada Nacional.
No hay mejor poesía que la que es leída
por su autor, y el relato se transformó justamente en eso, en
poesía. La de un hombre que con gran entusiasmo nos hablaba de una
vital parte de su juventud y de su carrera como marino y aviador. Al
finalizar nuestra entrevista le preguntamos por que se había sentido
de esa forma, y su firme respuesta fue: "Es que el Hellcat por
su naturaleza y por las posibilidades que nos ofrecía, se transformó
en nuestro avión preferido". Por unos instantes, nuestro gran amigo
había vuelto a ser un cazador aeronaval. |
La Armada Nacional y la Aviación
Naval durante la década de los años cincuenta
En otros artículos, hablábamos de la
incorporación en material que se había logrado para nuestra marina
militar. A la flotilla existente compuesta por tres guardacostas de
origen italiano, "Río Negro" "Paysandú" y "Salto", llegados en 1936,
se había sumado una corbeta de los Estados Unidos, designada en
nuestro país como la PC1 "Maldonado". Esta última durante 1944.
Posteriormente durante 1949-50 nuestra aeronáutica naval
incorporaría
16 torpederos TBM "Avenger" y tres entrenadores SNJ.
Unidades que su sumaban a los hidros
tres hidros "Sikorsky", un "Grumman
J4F" y
tres "Fairchild PT-23" ya integrados a la dotación desde
mediados de los años cuarenta.
A grandes rasgos esa era la fuerza
material con que contaba nuestra Armada , teniendo las naves de
superficie como sede el Puerto de Montevideo y las aeronaves la
"Base Aeronaval No. 2 C/C Carlos A. Curbelo, en el departamento de
Maldonado.
Casi en forma simultánea a la llegada
durante 1952 de los cazas F6F a nuestro país, las unidades de
superficie veían sumamente reforzada y modernizada su integración .
Con la incorporación de dos destructores recibidos desde los Estados
Unidos los cuales serían identificados como D.E.1 "Uruguay" y D.E.2
"Artigas". Dichos buques representaron un importantísimo avance que
permitió a nuestros marinos aumentar las posibilidades de completar
su formación profesional con equipos bastante aproximados a los más
desarrollados en aquella época. Un año más tarde, durante 1953 se
incorporaba la fragata P.F.1 "Montevideo", usada fundamentalmente
para la instrucción de los cadetes de la "Escuela Naval", tarea que
cumpliría hasta su desactivación a principios de los años setenta.
Por su parte la Aviación Naval recibía
durante 1955 sus dos primeros helicópteros "Bell 47G" identificados
A-051 y A-052, acompañados por dos "Piper PA-18" matriculados A-754
y A-755. Durante 1956-57 llegaban
tres enormes hidroaviones del tipo
"Martin Mariner PBM", verdaderos buques voladores que cumplirían
numerosas misiones en nuestro litoral marítimo. Los mismos serían
identificados como A-810, A-811 y A-812.
De esta forma se presentaba la Armada
Nacional por aquellos años de la década de los cincuenta.
Artículos relacionados:
Marco histórico, por
Pilotoviejo
|
|
Los "Grumman F6F Hellcat"
- Su historia
Considerado como punta de lanza de la
Aviación Naval de los Estados Unidos, el F6F en sus diferentes
versiones sería construido en un número de 12272 ejemplares. Entre
sus méritos de mayor destaque, lograría un 80% de aviones enemigos
destruidos - en el Pacífico - por parte de los pilotos embarcados de
los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.
Esto hizo que junto a los pertenecientes
al U. S. Marine Corps y las unidades de Hellcat en tierra, el número
de aviones abatidos fuera de 5156.
El proyecto para su construcción y
desarrollo había sido firmado por la Grumman, el 30 de junio de
1941, y el prototipo designado XF6F-3 volaría por primera vez, el 26
de junio de 1942. Un 16 de enero de 1943, son recibidos por el
portaaviones "Essex" las primeras unidades operativas. Apenas
pasados siete meses, los Hellcat embarcados en los portaaviones "Yorktown",
"Essex" e "Independence" recibían su bautismo de fuego en una misión
sobre la isla "Marcus" , el 31 de agosto de 1943.
De los F6F-3 construidos en un total de
4403 ejemplares, 252 serían transferidos a la "Fleet Air Arm
Británica", en la que serían conocidos como "Hellcat MK-I",
comenzando su servicio a partir del mes de julio de 1943. La
siguiente versión del Hellcat, designada como F6F-5 (modelo que
fuera el usado en Uruguay) fue construido en un total de 7868
unidades. De ellos, la marina británica obtendría 932, a los que
designaría como "Hellcat MK- II".
Profusa sería su actuación en el teatro
del Pacífico y su participación prácticamente en todas las
operaciones, constituyéndose desde el principio de su uso y hasta el
fin de la guerra, como netamente superior sobres sus oponentes más
destacados, como por ejemplo el caza japonés "Zero". Al finalizar la
contienda, la Armada de los Estados Unidos lo seguiría utilizando en
diferentes aplicaciones hasta fines de la década de los años
cincuenta. En un número menor varios escuadrones formarían parte de
la Armada Francesa, dándoseles amplia participación durante las
campañas que llevaba adelante este país en Indochina. En lo
referente a otros países se agregaban los doce que pasarían a formar
parte de la Armada de la República Oriental del Uruguay. |
Los Grumman F6F-5 y su
historia en la Aviación Naval Uruguaya
En mayo de 1950, llegaban a Cap. Curbelo,
los seis torpederos "Avenger TBM" y los tres "North American SNJ" de
entrenamiento. De esa forma quedaba completa la dotación integrada
por los 16 TBM.
Ahora el trabajo era dirigido por la
misión que traería en vuelo desde los EE.UU. los doce cazas F6F,
unidades que permitirían el adecuado complemento de los "Avenger".
Al igual que con los TBM , la
adquisición de los F6F, se había formalizado por parte de nuestro
gobierno mediante la firma de un contrato con la empresa "Cobell
Industries Inc.". La razón por la cual la compra no se había
efectuado de gobierno a gobierno, era por no estar autorizada la
venta de los mismos ñor parte de la Armada de los Estados Unidos a
gobiernos extranjeros. Sí en cambio, sin su armamento, a empresas
particulares dentro de fronteras, las cuales a su vez, lo hacían a
terceros.
De esa forma se llegaba a la adquisición
de los doce cazas, número este, que de acuerdo a un relato del
entonces C/C. Horacio Bogarín, estaba fundado en la tan común
formula del tres. Una escuadrilla de servicio, otra segunda en
reserva y una tercera en mantenimiento.
Como primer paso , se precedió por parte
del personal de ingenieros a la selección de los aviones que serían
aceptados para nuestra Aviación Naval. Los mismos debían tener
completa su documentación, la que estaba formada por:
|
-
Informe de los vuelos de prueba. a)
de la compañía y b) del piloto de prueba de nuestra Aviación
Naval.
-
Certificado de los motores nuevos.
-
Certificado de los carburadores.
-
Certificado de la hélices.
-
Historiales originales de los
aviones.
|
A continuación y siguiendo los
procedimientos standard de la marina de los Estados Unidos y de las
fábricas de aviones y accesorios, uno a uno se irían acondicionando
los "Hellcat" uruguayos. Toda aquella tarea estaba supervisada por
el C/Ing. Oscar Pío Llorens, quién por parte de la misión se
encargaría del control de los delicados trabajos de
reacondicionamiento. A él se agregaban los también ingenieros T/N
Carlos Fernández y el G/M Luis Ferreyra.
Por otra parte, junto al personal de
mantenimiento de la empresa "Cobell", su sumaban los integrantes del
Cuerpo de Equipaje de nuestra Armada buscando en ese trabajo
conjunto agilitar la tarea y a su vez la familiarización con el
nuevo material.
Otro grupo era el formado por los
pilotos. Ya parte de ellos se había adelantado y se encontraban en
los Estados Unidos a la espera de sus compañeros. Dichos oficiales
eran el C/C Omar Aguirre, (Jefe de la Misión), C/C. Carlos Mari,
A/N Hugo Martini y el T/N Enrique Falco. Más adelante se les sumaban
el A/N Claudinet Bernet, junto a los GG/MM José Larralde,
Américo Noble, Luis Rivero, Ricardo Chelle y Salvador Bravo. Los
mismos habían salido de nuestro país un 31 de diciembre de 1950 a
bordo de un avión DC-4 de Pan Américan y llegaban a Nueva York el 2
de enero de 1951. Por último arribarían los AA/NN Washington
Aguirre y Sarandí Araújo. |
La instrucción de vuelo - El mantenimiento
Como decíamos, la elección de los
aviones había sido celosamente llevada adelante por nuestros
ingenieros. Para ello se había exigido una completa documentación de
los mismos y los trabajos, hecho de acuerdo a los procedimientos
utilizados por la aviación del país norteamericano. A esto se
agregaba una severa inspección de los motores originales y de los
nuevos; tarea llevada adelante gracias a un contrato independiente
del utilizado para el avión en sí. De acuerdo a un informe del
Capitán Llorens, se aclaraba que los trabajos habían sido completos
en todos los sistemas y que la demora que insumieron las tareas se
extendió unos 270 días hábiles.
Luego de finalizar el mantenimiento de
las aeronaves y ya pintada con nuestros colores, se comenzaría su
utilización por nuestros aviadores quienes ya habían iniciado su
instrucción mucho antes, en aviones de la U.S. Navy.
Otro de los pilotos que formaba parte de
aquella misión, es el hoy C/F (R.) Luis Rivero, gran entusiasta de
su profesión e importante colaborador en la elaboración de este
artículo, para el cual nos facilitó diferentes crónicas de sus
experiencias, en aquellos años llenos de expectativas para nuestra
Aviación Naval. Cuenta Rivero que al llegar a la unidad donde
recibirían su instrucción, surgió un problema . Quizás por un error
de información, o alguna otra traba formal, todavía no habían
llegado las órdenes que daban cuenta de la llegada de los marinos
uruguayos. Esto en definitiva luego de aclarado dió a nuestros
pilotos una ventaja más, ya que el grupo quedó a cargo de
instructores norteamericanos que tenían más vasta experiencia en los
F6F y que inclusive, los habían volado durante la Segunda Guerra
Mundial.
Es así que nuestros aviadores en vez de
ser entrenados en una forma más convencional, tuvieron la
oportunidad de formarse al lado de auténticos veteranos de guerra,
quienes ahora integrados al "Escuadrón de Entrenamiento Avanzado
para Instructores", se encargarían justamente de eso, de
adiestrarlos para instructores.
Corresponde señalar que el grupo al que
hacemos referencia, es el de los pilotos más jóvenes y que llegaron
a los Estados Unidos el 2 de enero de 1951. |
El valioso testimonio de
la libreta de vuelo del A/N Claudinet Bernet
Desafortunadamente, poca o casi ninguna
es la información que queda sobre aquella etapa. Sí tenemos la
memoria de los protagonistas acompañada por fotos de la época. Pero
el hecho de no haber tenido acceso a documentos oficiales, como por
ejemplo los historiales de los F6F uruguayos, o de los diversos
informes que se debieron hacer durante la misión, evidentemente
entorpecieron la fiel y completa realización de este trabajo. Pese a
ello, siempre surge algún vestigio que aporta por lo menos una punta
que permitiera llegar, en el futuro a detalles de vital importancia.
Uno de esos pocos documentos nos fue
facilitado por el C/C Alvaro Bernet, piloto Naval e hijo del C/N
(R.) Claudinet Bernet, este último otro de los pilotos que trajeran
en vuelo los F6F.
El Capitán Alvaro Bernet, sabía de
nuestra persistente búsqueda de los números de serie que
correspondían a nuestros Hellcat, ya que al acceder a ellos
tendríamos la posibilidad de conocer el desempeño de estos antes de
formar parte de nuestra Armada. Por otro lado somos conscientes de
la importancia que tiene este dato para quienes centralizan su
atención en este tipo de aeronaves, como hemos dicho, de
importantísima utilización durante la Segunda Guerra Mundial.
Es así que tuvimos en nuestras manos la
libreta de vuelo en la cual se habían anotado celosamente cada uno
de los vuelos realizados por su padre el entonces A/N. Claudinet
Bernet, y a su vez los números de serie de los aviones que este
había utilizado desde el 10 de enero al 13 de abril de 1951. Estos
en una primera etapa en la Base de Canabis Field con aeronaves F6F
(17 vuelos) y en Corry Field Pensacola con aeronaves SNJ (10 vuelos,
instrucción por instrumentos) de la U.S. Navy.
Continuando con la lectura de libreta
encontramos, que se realiza una pausa entre los meses de mayo a
setiembre y que ya a partir del 13 de ese mes, ahora en Meacham
Field, Fort Worth, Texas, se comienzan los vuelos con nuestro
aviones.
Esta segunda etapa, se cumpliría desde
el 13 de setiembre del 51 al 26 de marzo de 1952 totalizando 23
vuelos. Como decíamos anteriormente, estos últimos, en los Hellcat
ya reacondicionados y pintados con nuestros colores.
El A/N Bernet, en sus anotaciones nos
dio la tan buscada pista que celosamente buscáramos por cielo, mar y
tierra ya que en ese período llegó a volar en diez, de los doce F6F.
Debido a este registro deducimos que el número de los aviones
uruguayos era el siguiente:
Bu. No. 40151
Bu. No. 42071
Bu. No. 43065
Bu. No. 58797
Bu. No. 58877 |
Bu. No. 70768
Bu. No. 71128
Bu. No. 71540
Bu. No. 71622
Bu. No. 71740 |
De ellos tendría gran importancia para el A/N Bernet el 43065 ya que
con la matrícula A-453 cumpliría en un total de 14 escalas , el
vuelo a nuestro país durante 1952. |
Los accidentes con el
A-451 y A-454
La instrucción seguía adelante y uno a
uno nuestros pilotos se familiarizaban con sus aeronaves. Los vuelos
se sucedían y en ellos se capacitaba a buen ritmo nuestros marinos
aviadores, quienes iban conociendo las diferentes tácticas y
maniobras propias de un piloto de caza.
Las formaciones, la acrobacia, el vuelo
nocturno y por instrumentos, daban el temple necesario que más tarde
sería aplicado en nuestro país.
En el desarrollo de todos estos
ejercicios, se producirían dos accidentes; el primero, durante un
vuelo de prueba y el segundo en uno por instrumentos.
El accidente del A-451
El Hellcat A-451 se encontraba pronto.
La aeronave esperaba el vuelo que en instantes llevaría al piloto
asignado para ello. Se da la señal y son retiradas las calzas. Se
procede al carreteo y ya en cabecera de pista, el caza comienza su
carrera de decolaje. Apenas superada la pista y en dirección a la
ciudad de Fort Worth, se produce una inesperada emergencia: el motor
ratea y al instante se planta ¡¡ sólo a 300 píes de altura !! Apenas
queda un instante para que se produzca lo peor . El caza va derecho
a estrellarse sobre una populosa zona de la ciudad. El piloto
reacciona y logra un desesperado giro. Gracias a esto logra evitar
un mal mayor. A continuación, y a mínima altura, el avión choca
contra unos cables de alta tensión.
Después, el violento impacto y la loca
carrera. Las vibraciones, el ensordecedor ruido y la violenta
desaceleración ponen a prueba al piloto aeronaval. En el camino se
interpone un terraplén, que da asiento a las vías del ferrocarril.
El Hellcat supera el obstáculo y va a caer pesadamente al otro lado.
En el golpe se parte justo detrás del asiento del piloto.
Pese a todo y ante lo delicado de la
situación vivida, la fortuna y la maniobra bien realizada, lograrían
que el avión no cayera en una zona poblada y a su vez que el piloto
no sucumbiera en la peligrosa emergencia.
El accidente del A-454
Una vez más un vuelo de instrucción,
esta vez por instrumentos. En el participarían dos de nuestros cazas
navales. Todo se desarrolla normalmente. Las maniobras previstas se
cumplen una a una y por fin se decide el regreso a la base. En ello
el piloto percibe dificultades en el F6F A-454. La emergencia obliga
a tomar una urgente determinación. No queda más remedio que intentar
un aterrizaje de emergencia, en el punto más cercano.
Hay dos opciones: la pista de una base
aeronaval cercana o las aguas del lago "Eagle Mountain". Se decide
que lo mejor es hacer la maniobra con tren arriba y sobre el segundo
punto.
La maniobra se logra en forma impecable
y el caza desciende en las tranquilas aguas. A continuación el
piloto sale de la cabina, mientras que el F6F, lentamente y por el
peso de su motor, se va hundiendo.
En esos instantes, muy cerca, observa la
acción un ocasional espectador quien a bordo de su lancha acude al
rescate. El piloto camina por el plano y sube a la pequeña
embarcación. Lo insólito es que pese a todas las características del
suceso, nuestro aviador ni siquiera tuvo que arrojarse a las aguas,
en las que logró momentos antes superar su accidentado vuelo.
Posteriormente, el A-454, sería rescatado y transportado por barco a
nuestro país. Pese a no haber sufrido daños mayores no se recuperó
más y fue utilizado como fuente de repuestos para sus pares, de
igual forma que el otro F6F accidentado, el A-451. |
El retorno a la patria y
el adiós a los viejos amigos
La permanencia en los Estados Unidos se
había extendido durante la preparación de las tres misiones, durante
unos tres años. En ese tiempo nuestros marinos y esto con lógica
razón, habían estrechado lazos con la población de la ciudad de Fort
Worth, al punto tal que sus autoridades decidieron nombrar a
nuestros pilotos como ciudadanos de honor . En algunos casos muchos
de ellos hicieron su estadía junto a sus familias, y en otros,
alguno de nuestros marinos del personal de mantenimiento, luego de
cumplido su servicio en nuestra Armada, volvería para formalizar su
pareja en aquellos lares, y en ellos se quedó por el resto de su
vida.
Pese a todo la tierra propia hacía su
llamado, y ante uno tan poderoso, se comenzaron los preparativos
finales para el vuelo que repetiría con igual éxito, a los dos
anteriores de los años 1949-50. |
Los aviones, las etapas,
las tripulaciones
Uno junto al otro, todos sobre tierra
amiga, sobre suelo americano. Prontos para el vuelo a la patria.
Cuántos sentimientos , cuanta emoción; el adiós a los amigos, el
pronto reencuentro con los que esperan en el bendito suelo oriental.
Al frente de los cazas uruguayos, los aviadores de la Armada
Nacional.
Por cada uno de los pilotos
asignados seguramente pasa un torrente de pensamientos, esos
que están en la mente de los cazadores sea cual sea su nación,
y que se patentiza al encontrarse frente a esa su exclusiva y
poderosa aeronave.
Parte superior Azul marino, como
avión marino que es, en la parte inferior, gris. Atrás,
siempre presente la bandera nacional y a los lados en el
plano, la escarapela del General José Gervasio Artigas
acompañado por la típica ancla de nuestros aparatos navales.
|
¡Si él supiera, qué
orgulloso me siento!
¡ Por fin un caza!
¡ Que bello y lleno de vida me
parece!
Una obra maestra de armonía y de
poder,
aún ahora que lo veo inmóvil.
Suavemente, como si acariciara la
mejilla de una mujer,
paso la mano sobre el aluminio de
sus alas,
frío y liso como un espejo.
Son las alas que me sostendrán.
Pierre Closterman. (del libro "El
gran circo".) |
Dos símbolos le dan destaque, el
domo de la hélice pintada de rojo y un curioso "gato" que por su
familiar apariencia nos recuerda al famoso "Silvestre", - entrañable
cazador también él, siempre detrás de su víctima un quizás más
peligroso canario.
El gato Silvestre, símbolo de nuestra
escuadrilla sostiene un rojo tridente entre sus patas delanteras y
al fondo se recorta un amenazante Cumulo Nimbus. Todo el símbolo es
una creación del A/N. Washington Aguirre, quien al decir de sus
compañeros era el más indicado para la realización de esos
simpáticos diseños. El mismo que llevarían en sus uniformes nuestros
pilotos.
Los pilotos en sus puestos, el asiento
todo arriba para el carreteo. Los mecánicos siempre atentos
esperando la señal para desplegar los planos, la prueba de las
superficies de control y la traba mecánica de las alas. Luego de
poner en marcha seguirán los seguros hidráulicos. Sigue la cabina
abierta y trabada, luego de verificar que funciona bien. A
continuación, conectar la energía externa de 24 volts. Controles en
posición para el arranque. Acelerar una pulgada abierto; mezcla
cortada, supercharger en neutral; hélice a paso todo fino; tanque de
nafta derecho; bomba auxiliar de combustible en "ON". Motor de
arranque, seis golpes de hélice y magnetos en "BOTH".
" ¡Y ahí está! La magnífica explosión, y
el "alegre redondo" comienza su canción, interpretada por ese tenor
llamado "Pratt and Whitney R-2800-10W". El mismo que hace
sentir aumentar:
"La curiosa sensación de
aislamiento que se experimenta en un monoplano de caza, pero que a
la larga se convierte en un telón de fondo sonoro, pero neutro,
que se termina por asimilar a un gran silencio extraño, pesado y
denso"
Pierre Closterman (del libro "El gran circo")
|
|
"El F6F es muy ruidoso. Termina por
afectar el oído a los que lo vuelan. Pero no importa, es un gran
avión."
C/F Luis Rivero
|
Todo en sus niveles óptimos y el piloto
ordena que se quiten las calzas, e inicia el carreteo. Antes de
partir, una mirada a sus lados y los diez redondos cantan en coro.
La torre de control da el visto bueno y en el mismo el gran adiós
que por suerte es un "hasta luego" y un ¡¡Buena suerte, marinos del
Uruguay!!
En primer lugar y zigzagueando, para
despejar la nariz de su caza, va el líder, el Jefe de la Misión,
C/C Omar Aguirre, a bordo del A-450. Lo siguen el A-401, A/N Hugo Martini; A-402, G/M Ricardo Chelle, A-403; G/M Salvador Bravo,
A-404, A/N Washington Aguirre, A-405, G/M José Larralde; A-406,
C/C Carlos Mari; A-452, G/M Luis Rivero, A-453, A/N Claudinet
Bernet; A-455 , T/N Enrique Falco.
En cabecera ya esta ubicado el A-450. A
continuación inicia la carrera de despegue, abre el acelerador hasta
llegar a las 52 pulgadas de admisión y aumenta la hélice sus RPM
hasta llegar a las 2700, ya en el aire sube el tren y cierra su
cabina. Sus pares repiten la operación, mientras él atento y desde
el aire, supervisa las maniobras de sus comandados. Por fin en su
elemento, por fin en el cielo, plano con plano, ilusión con ilusión
y en auspicioso regreso a través de toda América, los diez cazas de
la Aviación Naval de nuestra Armada Nacional.
En forma totalmente normal se
desarrollaría la misión, que para algunos ya era de rutina y para
otros toda una experiencia.
Cabe acotar que el personal de
ingenieros y del Cuerpo de Equipaje, acompañaban a los F6F, a bordo
de un avión de transporte de la U.S. Navy, un R4D-8. Ellos eran el
Capitán Ingeniero Oscar Pío Llorens y los S/O Ramón Trías, S/O Zapicán Gastañaga, S/O Santos R. Correa, S/O Héctor Buzo, Cabo
Orlando Noguera, Cabo Hebert Luna, Cabo Juan J. Machado y Mro.
Carlos Casa.
Otro detalle fue que al llegar a la
ciudad de Belem, territorio del Brasil, se unió a la formación un "Douglas
C-47" de la Fuerza Aérea Brasilera", el cual en un gesto de
hermandad acompañaría a nuestros aviones hasta su última etapa.
Las escalas realizadas por nuestros
aviadores y sus máquinas son las que se detallan a continuación y
que nos fueran cedidas por el C/F. Luis Rivero. En cada una,
transcribimos los datos que él anotara en su libreta de vuelo.
|
etapa |
día |
tiempo |
|
La misión se había cumplido con un total de 52 horas y 12 minutos de
vuelo. El mismo se había realizado con una velocidad promedio de 150
nudos y con una potencia máxima de 1600 RPM y 32 pulgadas. Esto a
los efectos de aumentar la autonomía. Cabe señalar que los "Hellcat"
llevaban un "Belly-Dropable Tank", un tanque auxiliar de combustible
de 150 galones.
Al dejar Porto Alegre, ya la cercanía de la patria, se hacía sentir
en todos los miembros de la misión. En cada uno se percibía la ya
profunda satisfacción que da el deber cumplido y el pronto
reencuentro con los seres queridos.
La base está a la vista, el Capitán Aguirre reduce su motor y baja
el tren de aterrizaje, siguen los flaps , ajusta la hélice, sube el
asiento y abre su cabina. En pocos instantes, tendrá la feliz
oportunidad de repetir frente a las autoridades, el orgulloso ¡¡
Misión Cumplida!!
Los Cazas F6F ya están en su nuevo hogar: La Base Aeronaval No. 2
C/C. Carlos A. Curbelo. |
1 |
Fort Worth -
Pensacola USA |
28/03/52 |
4.3 hs. |
|
2 |
Pensacola - Miami |
30/03/52 |
4.2 hs. |
|
3 |
Miami -
Guantánamo. Cuba |
04.04.52 |
3.9 hs. |
|
4 |
Guantánamo - San
Juan. Puerto Rico |
06/04/52 |
3.9 hs. |
|
5 |
San Juan -
Trinidad |
08/04/52 |
4.5 hs. |
|
6 |
Trinidad - Guayana
Holandesa |
09/04/52 |
3.7 hs. |
|
7 |
Guayana - Belem.
Brasil |
10/04/52 |
4.8 hs. |
|
8 |
Belem - Fortaleza |
12/04/52 |
4.9 hs. |
|
9 |
Fortaleza -Natal |
13/04/52 |
2.1 hs. |
|
10 |
Natal - Salvador |
14/04/52 |
3.5 hs. |
|
11 |
Salvador -
Caravelas |
15/04/52 |
2.1 hs |
|
12 |
Caravelas - Río de
Janeiro |
15/04/52 |
3.1 hs. |
|
13 |
Río de Janeiro -
Porto Alegre |
20/04/52 |
4.4 hs. |
|
14 |
Porto Alegre -
Capitán Curbelo. URUGUAY |
22/04/52 |
2.8 hs. |
|
|
Una década de servicio
con los F6F. Su uso y sus pilotos
Durante aquellos años, nuestra Aviación
Naval no se veía libre de todos sus problemas, los cuales por otra
parte eran comunes en su historia y en el país mismo. Si bien se
vivía una realidad plena desde el punto de vista material, no se
contaba con todos los medios necesarios para su plena utilización.
Es así que durante aquel año de 1952 y con un total de 36 aeronaves
se contaba con un menguado presupuesto en combustible, sólo previsto
para el uso de cuatro. Este había sido votado diez años antes, en
ocasión de operar sólo en la "Isla Libertad".
Por fin durante 1954, se conseguiría
aumentar aquella asignación de $34.000 a $ 135.000, - que si bien no
era lo suficiente - lograba en parte aumentar el número de misiones.
Estas consistían en vuelos de instrucción, ejercicios combinados con
unidades de superficie, tiro, bombardeo, tiro con cohetes,
formaciones, acrobacia, etc.
Durante el desarrollo de las mismas,
numerosos pilotos alcanzarían su condición de cazadores. Algunos con
profusa actividad; otros con un corto pasaje, - pero en difinitiva -
con la satisfacción de haber volado en uno de nuestros cazas
navales. A continuación damos una lista de los oficiales que
llegarían a esto, quienes de acuerdo a los registros de vuelo del
"Grupo de Escuadrones" y de la "Escuela de Aviación Naval", fueron
los siguientes:
|
|
|
|
|
En los
Estados Unidos: |
|
En
nuestro país: |
|
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C/C
Omar Aguirre
C/C Carlos Mari
T/N Enrique Falco
A/N Hugo Martini
A/N Washington Aguirre
A/N Claudinet Bernet
A/N Sarandí Araújo
G/M Américo Noble
G/M Salvador Bravo
G/M José Larralde
G/M Luis Rivero
G/M Ricardo Chelle |
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C/C
Celestino Meza
T/N Gustavo Mestre
T/N José Imizcoz
T/N Héctor Musto
T/N José Maggiolo
T/N Mayo Villagrán
A/N Germán Clavelli
A/N Rodolfo Invidio
A/N Artigas Sierra
A/N Silverio Acosta
A/N Ruben Palacio
A/N Francisco Sangurgo
A/N Luis Chiaparro
G/M Amabilio Sosa |
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Uniformes de los pilotos de la
Armada tripulantes de los Hellcats en 1952
1. Uniforme de diario modelo 1950,
todo en caqui beige con corbata y zapatos negros; gorra con
funda beige y campera de cuero marrón con cuello de piel de
color negro; escudo o "parche" en el brazo con gato
"Silvestre" en color negro, nariz y tridente rojos, nube
blanca sobre fondo azul celeste, graciosa figura que se
llevaba pintada en todos los aviones de la escuadrilla, obra
del Alférez de Navío Washington Aguirre.
2. Mono o mameluco de vuelo de
color caqui beige, camisa beige visible debajo del mono, con
corbata negra e insignias metálicas del grado en miniatura en
el cuello; "Mae West" (chaleco salvavidas que llevaba señales
de humo, pito, linterna, etc.) de color naranja y casco de
fibra de color blanco.
(del libro Uniformes Navales, de
Alberto del Pino Menck) |
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Corresponde aclarar, que los grados con se transcriben, son los que
tenían en la época de sus vuelos en los F6F.
En la misma documentación, encontramos
datos de las principales misiones llevadas adelante por estos
pilotos. De ellos destacamos los que siguen: el 15 de mayo de 1952
se realiza una formación con ocho de los F6F, el último con tantas
unidades de este tipo. A partir de esto el número máximo sería de
unos seis. En esta oportunidad la escuadrilla estaba constituida de
las siguiente forma:
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A-450 - C/C Omar Aguirre |
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A-406 - C/C Carlos Mari |
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A-453 - T/N Claudinet Bernet |
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A-405 - G/M José Larralde |
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A-455 - T/N Enrique Falco |
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A-401 - T/N Hugo Martini |
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A-404 - T/N Washington Aguirre |
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A-403 - G/M Luis Rivero |
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Desfile del 1 de marzo
de 1955
La mayor formación Aeronaval
de la historia uruguaya
Siempre dentro de los vuelos en
formación , otra fecha de destaque fue la de 1 de marzo de 1955
ocasión en que el Sr. Luis Batlle Berres asumía la Presidencia del
Consejo Nacional de Gobierno. Para ese día se había preparado un
gran desfile en el que las Fuerzas Armadas de nuestro país le
rendían homenaje a las autoridades electas y a la patria misma. La
Fuerza Aérea Uruguaya integraba la formación aeronáutica con
escuadrillas de bombardeos Mitchell B-25, cazas Mustang F-51,
transportes Dakota C-47, entrenadores Kansas AT-11 y Texan AT-6,
Fairchild PT-19 y PT-26.
Por su parte nuestra Aviación Naval era
representada por la más numerosa formación presente en un desfile
durante toda su historia y que estaba compuesta por los siguientes
aviones y tripulaciones:
Nos pareció de justicia transcribir el total de los tripulantes como
forma de recordar una ocasión de tanta importancia para aquella
época y para los pilotos y personal de mantenimiento que la
vivieron.
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Grumman J4F A-751
C/N Horacio Bogarín
(Comandante de la
Aviación Naval)
T/N Washington Aguirre
C/I Oscar Pío Llorens
S/O Nelson Guerín |
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Sikorsky OS2U-3 A-605
A/N Francisco Sangurgo
G/M Silverio Acosta |
Sikorsky OS2U-3 A-604
T/N Adhemar Torres
A/N E. Morassi. |
Sikorsky OS2U-3 A-752
A/N Ruben Chelle
S/O C. Magallanes |
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Texan SNJ A-252
A/N J. Maggiolo
Mro. N. Nuñez |
Texan SNJ A-251
T/N Hugo Martini
Mro. V. Cardozo |
Texan SNJ A-253
A/N Juan Bárcena
G/M Rodolfo Invidio |
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Avenger TBM A-505
A/N H. Musto
Mro. J. Cuello
Mro. E. Rodríguez |
Avenger TBM A-501
C/C Omar Aguirre
S/O Zapicán Gastañaga
Cabo M. Hernández |
Avenger TBM A-552
T/N Celestino Meza
Mro. J. Sainz
Mro. J. Velazco |
Avenger TBM A-508
A/N Mayo Villagrán
S/O Homero Gómez
Cabo M. Herrera |
Avenger TBM A-558
A/N A. Da Costa
Mro. E. Lorenzo
Mro. J. De León |
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Avenger TBM (A confirmar)
A/N José Imizcoz
Mro. T. Fernández
Mro. H. De León |
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Hellcat F6F A-452
A/N José Larralde |
Hellcat F6F A-406
C/C Carlos Mari |
Hellcat F6F A-402
T/N Claudinet Bernet |
Hellcat F6F A-403
A/N Germán Clavelli |
Hellcat F6F A-404
T/N Sarandí Araújo |
Hellcat F6F A-453
A/N Luis Rivero |
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La pérdida del F6F A-452
Durante el mismo año ocurriría un hecho
en el que lamentablemente se perdería otro de los F6F. En efecto ,
el 17 de noviembre se procedía a la realización del primer solo de
varios pilotos. De esto participaba el T/N Luis Rivero quien como
instructor a bordo del A-401, vigilaría las maniobras a realizar por
los aspirantes a cazadores navales. Estos eran el A/N Rodolfo Invidio con el A-403, el A/N Artigas Sierra con el A-453 y el A/N
Silverio Acosta con el A-452. La escuadrilla había decolado a las
08.40 y uno a uno los pilotos que realizaban las correspondientes
maniobras sin ningún tipo de inconvenientes.
Ya prácticamente a punto de finalizar ,
el A/N Silverio Acosta se dispone a hacer un toque y siga en una de
las pistas, justo a la que siguiendo en línea recta, da al espejo de
la "Laguna del Sauce". El Alférez Acosta baja el tren, toca la pista
y arremete a fin de cumplir el ejercicio. Lamentablemente, el F6F no
logra la potencia necesaria y sin fuerza se va contra la superficie
de la laguna. A diferencia de lo ocurrido años atrás en los Estados
Unidos , esta vez la maniobra se hace con tren abajo, pese a lo cual
milagrosamente el avión no se da vuelta. Por fin Acosta logra salir
de la cabina y es rescatado por una embarcación que acude en su
ayuda. Por su parte el F6F, se hunde y queda apoyado en su nariz y
ruedas del tren.
Posteriormente sería recuperado pero
nunca más volvería al servicio activo. |
1957
Durante 1957, ser realizaron diversos
trabajos combinados, con unidades de superficie, en las que, con un
aviador naval a bordo de los buques se practican diversas maniobras
que involucran a nuestros destructores, los "Texan SNJ", los
torpederos "TBM" y por supuesto los F6F.
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1958
Al llegar 1958 , la mayoría de los
vuelos están dedicados a prácticas con tiro de ametralladoras y con
cohetes. De estos vuelos los pilotos más frecuentes son los C/N.
Omar Aguirre, T/N José Imizcoz, T/N José Larralde , T/N Luis
Rivero y C/C Hugo Martini.
Justamente uno de ellos el hoy C/F (R.)
Luis Rivero, nos hace una descripción que pensamos de gran
importancia incluir ya que gracias a ella, quienes no tuvimos
oportunidad de vivir esa experiencia, podemos percibir algunos
detalles de su realización. |
Una típica misión de vuelo con
armamento en un caza "Hellcat F6F"
La orden de vuelo dispone un ejercicio
de tiro, con cohetes y ametralladoras. Los cuatro Hellcats están en
la línea y ya los artilleros chequearon los circuitos eléctricos que
disparan los cohetes de ejercicio. Cabezas macizas sin explosivos.
Más de un submarino enemigo avistado durante la Segunda Guerra
Mundial en el momento de sumergirse, sufrió daños en el casco que le
impidieron seguir hundiéndose, con estos mismos cohetes.
También se colocaron las cintas de
proyectiles .50 en dos ametralladoras. Para ejercicios con dos es
suficiente y se ahorran municiones. Las ametralladoras están
armonizadas y concentran su fuego en un punto no muy lejano,
aproximadamente a 150 yardas. Las miras son chequeadas y se verifica
que haya una lamparilla de repuesto . Cada caja de distribución de
cohetes tiene su "plug" de seguridad y cada piloto tendrá el suyo,
lo mostrará a los artilleros y recién entonces se colocarán los seis
cohetes en cada avión. Los pilotos conectarán su "Plug" e la caja
distribuidora antes de disparar y también seleccionarán, en la caja
se pretende disparar de a uno, de a dos o en salva. De manera que
volarán hasta las proximidades del blanco sin activar las cajas
hasta ese momento. Las ametralladoras estarán en seguro. Hay dos de
ellos: uno eléctrico y otro hidráulico, y este último es muy
importante que sea colocado inmediatamente después de disparar, pues
al ser actuado de la ametralladora con el cerrojo atrás y sin
proyectil en la recámara. Evitando así que al enfriarse el cañón por
efecto del viento, se corra la temperatura hacia atrás y exploten
los proyectiles en la recámara por calentamiento, sin control del
piloto.
Los cuatro aviones decolan y adoptan la
posición táctica, parecen los dedos de una mano, excepto el pulgar.
Al llegar al blanco el "leader" da su señal, escalona la división e
inicia el ataque desde la altura elegida, 10.000 pies. Mezcla rica,
bomba auxiliar de combustible en "ON", tanque más lleno, intercooler
cerrado, supercharger en neutral, potencia ajustada, si es la máxima
permitida continua 2550 RPM y 44 pulgadas de admisión. Mira
encendida, "plug" de seguridad enchufado en suposición en la caja
selectora de los cohetes, master swich de armamentos en "ON". Al
picar el piloto debe tener presente que los cohetes tienen que
llegar a su velocidad inicial, (la del avión) y mejor si es por
encima de 200 nudos indicados. El cohete será más preciso. Disparará
al llegar a los 3000 píes y recuperará virando hacia un lado y
arriba y atrás antes de llegar a los 1000 píes. Los demás lo siguen
y hacen los mismo. Comenzó el "carrousel" - altura máxima 10.000
pies , mínima 1000. Las corridas de fuego con la .50 se hacen en
forma similar, poniendo los seguros hidráulicos al recobrar. Si el
blanco es fino no será tan difícil, los trazadores ayudan a ajustar
el tiro. Una vez finalizado el ejercicio se retiran los "plugs" de
las cajas selectoras de cohetes y se muestran al "leader". Los
seguros hidráulicos de las .50 y el master de armamentos en "OFF".
Potencia de crucero y de vuelta a la base. Al arribar y con
autorización de la torre, una pasada baja para saludar al oficial de
mantenimiento y personal que ha permanecido en planchada, se ponen
en escalón a la derecha, se rompe la formación sobre la pista, y
aterrizan.
Una vez en la línea los artilleros antes
que los mecánicos desarman las .50 y verifican todos los sistemas.
En el "Debriefing" el "leader" y el observador en el blanco, harán los
comentarios con los pilotos.
Misión cumplida. |
En una emergencia técnica se pierde el A-405
Otro de los hechos en los cuales se
perdería uno de los "Hellcats" - esta vez el A-405, se produciría
debido a una de esas fatalidades que en cualquier actividad y , pese
a todos los cuidados, suelen ocurrir.
Dicha aeronave se encontraba en
reparación dentro del hangar. El mantenimiento incluía trabajos en
la bomba eléctrica de combustible. En esas tareas se produce un
cortocircuito en el cual se inicia la ignición del combustible
existente en el F6F.
Todo es inútil; el fuego se extiende y
es incontrolable pese a los denodados esfuerzos del personal, que no
logra combatir el siniestro. Afortunadamente y pese a la pérdida
total del A-405, no se deben lamentar pérdidas personales. De esta
forma la dotación queda reducida a ocho de los doce cazas
originales. |
La emergencia del A/N. R. Palacio a bordo del A-455
Durante 1959 , se va acercando el fin de
los F6F. Pese a ello el 21 de octubre, cuatro aviadores navales,
cumplían su primer "Solo". Se trataba de los A/N Luis Chiaparro en
e A-401 y el A/N R. Palacios en el A-404 acompañados por el T/N J. Imizcoz
como instructor en el A-453. Más tarde los harían el G/M Amabilio Sosa en el A-404 y el G/M J. Azzatto en el A-401 , en esa
ocasión actuaría como instructor el T/N Rodolfo Invidio.
En ese mismo año, el 9 de diciembre, se
lleva adelante un desfile conmemorando el "Día de la Armada". En esa
ocasión se había postergado la fecha tradicional del 15 de
noviembre. Aún así el día elegido se presentó con un tiempo pésimo
para las operaciones aéreas. La formación estaba integrada por un
PBM, el A-812 con el C/F Gustavo Mestre, C/F C. Fernández , G/M
Eduardo Fazzio, y el S/O H. Perna. Por dos SNJ, el A-254, con el
C/C C. Meza, y el S/O H. Sosa y el a-256, T/N J. Maggiolo, Mro
C. Viera. A estos se agregaban seis F6F: A-401 A/N F. Sangurgo,
A-403 G/M A. Sosa, A-404 G/M L. Azzato, A-406 T/N M. Villagrán,
A-453 T/N R. Invidio y el A-455 con el A/N R. Palacio.
Las unidades habían partido
aproximadamente a las 15.47 y luego de su pasaje por la ciudad de
Montevideo volvían a Cap. Curbelo. El tiempo estaba cada vez peor y
al llegar - aproximadamente a las 18.15 .- se comienzan los
aterrizajes. En esto se presente una grave emergencia. El A/N
Palacio a bordo del A-455 se dispone a aterrizar. Lamentablemente al
hacerlo un violento viento cruzado saca el avión de la pista y hace
que la cubierta reviente. El avión se da vuelta y el Alférez queda
suspendido de su correaje sin poder salir por sus propios medios de
una peligrosa posición. ¿Por qué hablamos de peligro?
Por el hecho de que el "Hellcat" ante el
impacto comenzó a perder su combustible altamente inflamable.
Palacio quedaba virtualmente empapado en el peligroso líquido. Pero
una vez más, la fortuna está del lado de los marinos aviadores y el
piloto es rescatado. Una sola chispa o tan solo desconectar el
switch de batería y se podría haber desencadenado una violenta
explosión que hubiera terminado con el avión y su piloto. De esta
forma llegaba a su fin el servicio del A-455. |
El fin de una rica etapa. Los últimos vuelos del los "Hellcat F6F"
1960
Durante 1960 la vecina y hermana
República Argentina festejaba los 150 años de la "Revolución de
Mayo". Nuestra nación no podía estar ajena y se dispone que
participen de los actos una delegación compuesta por cadetes de la
Escuela Militar, Naval , Militar de Aeronáutica y del Liceo Militar.
A ellos se agregaba una escuadrilla de cinco aviones "jet" F-80 de
la Fuerza Aérea con un "Douglas C-47" de apoyo. Y por parte de
nuestra Aviación Naval, un hidroavión "PBM" con cuatro cazas "Hellcat
F6F" de escolta. La tripulación del "PBM" A-812, estaba formada por
el T/N José Imizcoz, T/N Mayo Villagrán, S/O H. Luna, Cabo O. Bertran, Cabo H. Rivera, Mro. J. Escobar, Mro. H. De León y Aux. H.
Alvarez. Por su parte los F6F, eran el a-401 con el T/N L. Rivero,
A-402 A/N R. Palacio, A-406, T/N L. Chiaparro y A-453 con el A/N
L. Azzato.
Llega el 25 de mayo de 1960 y junto a
las fuerzas del país hermano, desfilan nuestras aeronaves. Como
detalle se destaca que en esa ocasión los marinos argentinos
desfilarían con los cazas "Corsair F4U", por entonces en servicio en
la Aviación Naval Argentina. Esta sería la última ocasión en la que
los F6F participarían en un parada militar. Ya al volver se
llevarían adelante sus últimos vuelos, los que de acuerdo a los
libros existentes en Cap. Curbelo, serían el 30 de mayo con los
siguientes aviones y tripulaciones.
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A-401 T/N Luis Rivero |
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A-402 A/N R. Palacio. Decolaje 09:52 aterrizaje
10:52 |
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A-406 T/N L. Chiaparro |
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A-453 A/N L. Azzato |
Y el último vuelo - que imaginamos lleno
de nostalgia por parte de sus pilotos - se efectuaría el 1 de junio
del mismo año con el siguiente detalle.
A-404 T/N J. Maggiolo
de 13:47 a 15:16 |
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A-406 A/N A. Sosa de 13:55 a 15:12 |
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A-453 A/N L. Azzato de 13:33 a 15:12 |
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A-401 T/N L. Chiaparro de 13:33 a 15:12 |
|
Un vuelo local, que según relato del
C/N (R.) Luis Chiaparro, nunca pensaron fuera el último. Quizás la
necesidad de volcar esfuerzos hacia otras unidades, quizás planes
para la adquisición de nuevo material de vuelo. Lo cierto es que aún
con seis de los F6F en orden de vuelo se decidió su retiro.
Nota de la redacción de
"Memorias del Tiempo de Vuelo": sobre las posibles razones para este
retiro prematuro de los Hellcat, ver
"Gambito de Caballo - el fin de
los B-25 uruguayos", de José Palermo.
Por nuestra parte admiramos aquellos
años, aquellos tripulantes y aquellos cazas. Por que así como el
marino hace su alta escuela - aún hoy - en un velero, en donde se
templa su corazón y se fortalece su espíritu en la ruda tarea de la
vela y el cabo,. También pensamos que la alta escuela en lo
aeronáutico, aún hoy pese a toda la tecnología, está en aquellos
viejos cazas monomotores, los del alegre redondo, aquellos que al
decir de sus pilotos lograban el milagro de transformar un simple
hombre en un avión-hombre. Desgraciadamente nada quedó para su
evocación, ni uno solo se conservó para que hoy tuviéramos un
ejemplo material de una época de tanta significación para nuestra
Aviación Naval y para nuestra Aeronáutica en general. Sabemos de las
dificultades para esto, porque a veces los menguados recursos,
obligan a que todos los esfuerzos sean dirigidos a las unidades en
servicio.
Para finalizar esta parte dedicada a los Cazas F6F, queremos hacerlo
evocando el pensamiento de dos pilotos de caza, uno de ellos nuestro, el C/F
Luis Rivero, quien transmite su sentimiento gracias a un pensamiento
que alguna vez leyó, y con el cual se ha sentido plenamente
identificado.
La otro transcripción la tomamos, junto
a varios párrafos que aparecen en este trabajo, del libro "El gran
Circo", del as de caza francés Pierre Clostermann. En ambos casos,
se percibe ese místico amor que surge de un piloto por su avión, sea
cual sea su especialidad.
"Cuando me amarro el cinturón de
seguridad y el arnés y conecto mangueras y conectores de radio,
me adoso alas, me capacito (artificialmente pero capacitación al
fin ) para respirar a gran altura, y puedo escuchar frecuencias
que no llegan a mis oídos de otros y pongo una mano sobre el
bastón y la otra sobre el acelerador y puedo volar . Las alas
son mis alas. Las ruedas son mis ruedas. El combustible de los
tanques es mi alimento y ya no soy un hombre a secas. Soy un
hombre avión y mi vida no es un simple avión sino un avión
-hombre".
C/F Luis Rivero
|
"27 de agosto de 1945. He presentado mi pedido de
desmovilización inmediata, que ha sido aceptado. Para dirigirme
al Cuartel General de Schleswig he querido pilotar el "Grand
Charles" (un caza "Tempest"). Y, al regresar, trepé con él bien
alto en el cielo de verano virgen de nubes, pues solamente allí
podía decirle adiós.
Juntos volamos por última vez, en
línea recta hacia el sol. Hicimos un "looping" - dos , quizás -,
algunos toneles muy lentos, esmerados, amorosos, para que
pudiera conservar entre mis dedos la vibración de sus alas
obedientes y suaves.
Y dentro de la cabina, estrecha,
lloré como jamás en mi vida volveré a hacerlo, cuando sentí que
el cemento de la pista rozaba sus ruedas, y cuando con un gran
gesto de la mano, lo posé en tierra con la delicadeza con que se
corta una flor.
Como siempre, detuve cuidadosamente
su motor, retiré uno a uno todos los contactos, apagué los
indicadores, levanté las correas, los cables y las tuberías que
me ataban a él como un hijo a su madre. Y cuando mis pilotos y
los mecánicos que me esperaban vieron mi cabeza inclinada y mis
hombros sacudidos por los sollozos, comprendieron y se alejaron
en silencio hacia la zona de dispersión".
Pierre Closterman (del libro "El
gran circo")
|
Nelson P. Acosta
Miembro de Número
Academia de Historia Aeronáutica del Uruguay
|
Nota: El presente trabajo, es
parte de una serie de artículos aparecidos en la “Gaceta de la
Aviación” , órgano oficial de la Academia de Historia Aeronáutica
del Uruguay. Los mismos ordenados como “Capítulos de Historia
Aeronaval”, cubrieron en su mayoría el periodo de 1925 a 1960,
extendiéndose en algunos casos y de acuerdo al uso de las aeronaves
unos años más, en etapas futuras dichos trabajos formarán parte del
material disponible en las páginas de “Memorias del Tiempo de
Vuelo".
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Créditos
Perfiles por "Los Cerovaz": Otto, Pablo y Fernando
Fotos vía Gervasio Damboriarena
Foto maquette de Fabián Nevarez sobre maquette del mismo
Diseño gráfico: Pilotoviejo
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